Una meditación sobre el fracaso fracaso sueco , sus causas y derribo de mitos en la relación modelo económico- covid 19 + una pizca de Nueva Zelanda.
Emmanuel Kant nos enseño el problema de concluir principios morales a partir de la experiencia: si consideramos que la moralidad de una acción no reside en ella misma, sino en sus consecuencias, podríamos caer en una indeterminación moral, en una idea más simple, lo que hoy es bueno o correcto mañana perfectamente podría no serlo. Incluso insta a que los principios sean creados "a priori" ya que sino, “corremos el peligro de caer en los errores más groseros y perniciosos”.
Axel Kaiser ( pseudo intelectual de derecha, el mismo de frases tan aberrantes tales como "Los derechos sociales son un mito" o "llorarán el neoliberalismo") hace aproximadamente un mes, en una carta escrita a El Mercurio ofrecía datos que, según su opinión, mostraban que las consecuencias de la estrategia para enfrentar al virus serían peores que el virus mismo, por lo que nos invitaba a cuestionar e incluso a abandonar tales medidas ( con sus típicos estudios charlatanes y sacados de contexto)
Llamó a imitar el modelo sueco.
La mentada estrategia sueca, liderada por el epidemiólogo Anders Tegnell, se construyó sobre la base de medidas que privilegiaron la conservación del crecimiento económico y el respeto por la libertad individual, es decir, se organizó a partir de un rechazo a las eventuales consecuencias nocivas de un confinamiento estricto. Como es evidente, esta táctica suscitó un intenso debate; debate que la evidencia ha hecho llegar a un abrupto final: hace unos días, Suecia ha debido reconocer que su apuesta fracasó de manera rotunda y, lamentablemente, lo ha pagado con una tasa de mortalidad mucho más elevada que la de sus vecinos.
El consecuencialismo sueco nos deja una importante lección: tal como vaticinaba Kant, si construimos estrategias de contención exclusivamente en base a sus potenciales consecuencias, peligramos caer en errores gravísimos. Más simple aún, seguir velando por mantener el sistema económico por sobre la social es la receta al fracaso en muchos ámbitos de la vida cotidiana, casarse con una ideología y defenderla a muerte es aún peor y reflejo de ignorancia por sobre conocimiento. " Hay que salvar vidas, devolver la sociedad a la vida, sino no tendrán modelo económico que defender" dejen de de ser fascistas y defender el " todo para el pueblo, pero sin el pueblo"
Ahora ponen de ejemplo a Nueva Zelanda el primer país que declaró haber derrotado al virus, esta isla se propuso eliminar la curva, no aplanarla; tal pretensión se erigió sobre medidas estrictas. PRIMARON LO SOCIAL DEJANDO DE GANAR DINERO Y SER OBTUSOS, ES DECIR CONTINUARON CON SU MODELO DE EVOLUCIÓN ECONOMÍCA y, paradójicamente, este país podrá recuperarse económicamente antes que los países que han apostado por la flexibilidad economicista por lo antes dicho, que priorizó la vida de sus habitantes.
Con todo esto. Hay lecciones aprendidas, no compartir historias por compartir y ser más social, pensar en la sociedad, no es ser comunista como muchos creen.